Una vez más la Universidad Nacional de Córdoba, una de las instituciones públicas de educación superior más grandes de Argentina, abre el juego y renueva sus autoridades de gobierno. Ana Falú, Directora de CISCSA, se postula como Vicerrectora en la fórmula VAMOS, decisión que acompañamos con orgullo y con la convicción de que la Universidad necesita la transformación que su mirada y su accionar feminista pueden aportar.
VAMOS, lista que Ana Falú integra junto al candidato a Rector y actual Decano de la Facultad de Ciencias Químicas Gustavo Chiabrando, avanza con el compromiso principal de recuperar la institucionalidad, la transparencia y la equidad en la distribución de los recursos entre las facultades.
En el acto de presentación de la fórmula VAMOS, Ana Falú compartió su visión sobre la Educación y la Universidad que quiere construir como vicerrectora: “Estoy aquí por un compromiso de vida con la educación pública, con la educación como un derecho, como un bien social. Para defenderla”, sostuvo y agregó: “Para defender los salarios de los docentes, que deben ser salarios en blanco. Para elevar la calidad de nuestra universidad que ya es respetada, podemos ir por mucho más. Para poner la ciencia en función de los temas críticos. Para que los no docentes sean incluidos y sus voces parte de nuestro cogobierno. Para que los egresados, que desde los colegios profesionales y desde su experiencia cotidiana, participen porque tienen mucho para aportar a la universidad pública que los ha formado. Para tener órganos decisorios que confronten, que debatan, que no sean levantamanos de turno”.
Una vida dedicada al feminismo
“Como académica, investigadora, feminista y docente de la UNC, es emocionante aportar a este espacio político que resignifica la emancipación social de las mujeres. Me honra esta candidatura que me representa desde mi feminismo de décadas de compromiso activo en la academia y en el campo social. El feminismo es un compromiso colectivo, es del conjunto de las mujeres de la sociedad democrática que avanza, que corre los bordes de la democracia, que reconoce derechos”, sostiene Ana. Emprendedora por naturaleza, amante de los desafíos y activista incansable por los derechos humanos y del feminismo, decidió aceptar la propuesta de candidatearse como Vicerrectora de la UNC “por la responsabilidad colectiva que significa, porque son tiempos de auge del conservadurismo y demandan del compromiso político”.
Ana Falú es académica, Profesora Emérita de la UNC y una de las primeras investigadoras de CONICET en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Desde muy joven su vida transcurrió en el ámbito universitario. En este ámbito creció y también acompañó a otros y otras en su crecimiento a través de la formación de recursos humanos. “Feliz del maravilloso espejo que da la juventud, enseñando, investigando, en la extensión, en el trabajo en terreno”, reflexiona. Es hija de la educación pública, laica y gratuita. En 1985 se instaló en Córdoba donde fundó el Centro de Intercambio y Servicios (CISCSA), una organización no gubernamental desde la que se planteó trabajar en los temas de la producción social del hábitat e impulsar el trabajo de derechos de las mujeres al hábitat, la vivienda, los servicios urbanos, la ciudad.
Cuenta con una amplia y sólida experiencia en gestión. Entre 2002 y 2009 fue Directora Regional de la Organización para las Naciones Unidas (ONU), primero en Quito y luego en Brasilia. Desde esas oficinas regionales trabajó en toda Sudamérica con las organizaciones sociales de mujeres, los gobiernos, la academia y las feministas de la región. Impulsó en América Latina el Programa pionero de Ciudades sin Violencia para las Mujeres Ciudades Seguras para Todos. Actualmente dirige la Maestría de Gestión y Desarrollo Habitacional en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Lidera un Grupo de Investigación en Arquitecturas y Feminismo desde el Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat.
En el campo internacional, en el cual tiene un gran reconocimiento, es líder del Grupo Asesor para la Inclusión de Género de la Directora Ejecutiva de ONU Hábitat; coordina el Núcleo de Estudios de Género en Hábitat, en el Programa de Universidades Internacionales (UNI) de ONU Hábitat y también es la coordinadora del Grupo de Trabajo de Género en la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad, a nivel internacional. Además de su larga trayectoria en la formación de recursos humanos, ha publicado libros y numerosos artículos en las temáticas de las cuales es experta.
“Lo decisivo es mi compromiso político desde siempre, desde la escuela universitaria. Vengo de la militancia de los 70 y del activismo por los derechos humanos y los derechos de las mujeres. Soy una académica, independiente y feminista y tengo un fuerte compromiso con la arquitectura y el hábitat, con las mujeres y los territorios, el territorio cuerpo como el primer territorio a decidir, para poder apropiarnos de la casa, el barrio y la ciudad”, dice al recuperar su recorrido de vida.
Hacia la construcción de una Universidad feminista
La fórmula que conforma junto a Chiabrando propone jerarquizar la institucionalidad de género. Si bien en las gestiones anteriores se avanzó con algunas medidas (a través del Programa de Género y la Secretaría de Extensión), es necesario contar con más recursos para bajar de la retórica las políticas a favor de las mujeres en las universidades nacionales, como en cualquier otro ámbito. “Es necesario pensar la Universidad mirando a la sociedad, al país, a la región de América Latina. Para ello reforzar redes colaborativas en la región y en el país, contar con investigaciones de género financiadas por la Secretaría de Ciencia y Técnica, para profundizar el conocimiento sobre situación de docentes, estudiantes, no docentes, trayectorias laborales de egresadas; para conocer las demandas y necesidades de las mujeres de Córdoba, particularmente de cara a las crecientes desigualdades, a las violencias, feminicidios, desigualdades laborales que no solo atraviesan a las mujeres sino que, lejos de un mundo binario, también afectan a las identidades diversas, a los cuerpos disidentes, a los pueblos originarios, a las migrantes”.
En esta línea, Falú considera necesario investigar por qué hay tan pocas mujeres en ciertas ramas de la ciencia “¿Es casualidad? No, responde a condicionantes que tenemos que transformar” dice, a la vez que señala la necesidad de “dar respuesta a lo que persiste en la sociedad y limita a las jóvenes mujeres: el cuidado infantil. La UNC debe tener en su campus cuidado infantil garantizado al mejor nivel para docentes, estudiantes y no docentes que no pueden resolver la tensión del trabajo reproductivo invisibilizado con el trabajo productivo o el estudio”.
La transversalización, no solo en las distintas carreras sino en las currículas, es crucial porque no puede persistir la invisibilización de las mujeres en la historia. “Necesitamos transformar esta forma patriarcal, androcéntrica, incluso la eurocéntrica. Necesitamos hablar de nuestras mujeres, de nuestra región, y esto solo puede lograrse (con voluntad política y recursos) con la convicción de estas acciones. Nuestra fórmula rectoral está convencida de la necesidad de jerarquizar el ámbito institucional de género y que se incorpore a la docencia, la investigación y la extensión” explica y agrega que “Todas las carreras deberían tener un compromiso con la desigualdad social y, en esa desigualdad, con las mujeres que son las más pobres en la provincia, mujeres pobres que tienen más del doble de hijos que las mujeres ricas. La mitad de los niños/as de Córdoba están en condiciones de pobreza y son las mujeres quienes se hacen responsables de ellos. La Universidad pública, gratuita y laica, la universidad co-gobernada, tiene la responsabilidad social de dar respuesta o de buscar respuestas a las necesidades de la gente”.