Ana Falú recibirá la medalla “Jorge Camberos Garibi” en el marco de ARPAFIL, Feria del Libro de Guadalajara
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La directora ejecutiva de CISCSA Ciudades Feministas y directora de la Maestría de Gestión y Desarrollo Habitacional de la FAUD - UNC, será distinguida por la Universidad de Guadalajara y el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) en la Feria Internacional del Libro por su trayectoria en urbanismo con perspectiva de género y derecho de las mujeres a la ciudad.
La Medalla se entregará a Ana Falú el jueves 4 de diciembre de 2025, a las 18, en Expo Guadalajara. Después de la entrega, la homenajeada ofrecerá una presentación sobre su trabajo y enfoques, desde el urbanismo feminista y el derecho a la ciudad.
“El reconocimiento se entrega a la arquitecta y urbanista argentina Ana Falú. Ella es una figura clave en la incorporación de la perspectiva de género en la arquitectura, el urbanismo y las políticas públicas. Otorgar esta medalla significa reconocer una vida dedicada a repensar las ciudades desde la justicia social, la equidad y la inclusión”, dijo Ramón Reyes Rodríguez, director de la División de Diseño y Proyectos del CUAAD.
Desde su instauración en 2018, la Medalla al mérito urbano “Jorge Camberos Garibi” distinguió a Eduardo López Moreno (2018), Mario Schjetnan (2019), Silvia Arango Cardinal (2021), Sylvain Ducas (2022), Zaida Muxí (2023) y Pedro Abramo (2024); en 2025 el reconocimiento será para Ana Falú. La FIL Guadalajara 2025 se desarrollará del 29 de noviembre al 7 de diciembre. En ese marco, ARPAFIL celebra sus 30 ediciones, reconociendo trayectorias que amplían el pensamiento urbano contemporáneo.
Ana Falú, en primera persona
—¿Cómo vivís esta nueva distinción?

—Ana Falú: Es una alegría este nuevo premio que me han otorgado; me sorprendió gratamente. Un reconocimiento a mis aportes desde la teoría crítica feminista y a una trayectoria que ya va por cuatro décadas. En síntesis, a los aportes a la disciplina arquitectónica, urbana, a la profesión; nada fácil ha sido el camino. Soy académica, profesional, activista, gestora de equipos y acciones —amo lo que hago—, también investigadora científica de carrera en CONICET. Me honra y emociona; siento que si bien reconocen trayectorias individuales, me hacen también depositaria de la construcción colectiva, esa que venimos haciendo desde las más distintas latitudes y culturas, y la que de manera implacable y sostenida sostenemos las feministas, aun en tiempos oscuros, de amenazas y retrocesos.
Creo que en la Feria de Guadalajara, quien junto a la Universidad de Guadalajara y el CUAAD, entregan el premio en honor a un gran profesor y urbanista mexicano, esta construcción colectiva —que no soslaya los valores y compromisos personales— se expresará en libros, paneles, conferencias, distintas categorías en las cuales las feministas estaremos presentes. Por ejemplo, sé que Rita Segato presentará su libro el día 2 de diciembre y a mí me darán el premio el día 4; estamos contentas de compartir ese espacio. Tengo un enorme agradecimiento a quienes valoran mi trabajo, que es también el trabajo de muchas personas con las cuales he compartido reflexiones, investigaciones, publicaciones, y del equipo de CISCSA Ciudades Feministas y de quienes trabajamos en el marco de la Universidad Nacional de Córdoba, en particular durante mi Dirección del Instituto de Investigaciones de Vivienda y Hábitat (INVIHAB) en la FAUD. Agradezco a todos y todas por esta distinción, porque a pesar de los grandes retrocesos y amenazas, de la demonización de nuestras luchas, estamos ante un avance increíble: las mujeres nos hemos hecho visibles, hemos ocupado espacios que nos estaban vedados.
—Si tuvieras que contar políticas o intervenciones urbanas que encarnen el urbanismo feminista, ¿cuáles elegirías y qué cambios producen en la vida cotidiana?
—AF: Hemos logrado impactar la realidad. No siempre ha sido directamente, pero sin duda es resultado de procesos, de elaboraciones, de difusión de ideas, resultados de investigaciones, de insistir. Hay lindos ejemplos en América Latina, como Viajemos Seguras de la CDMX o Quito Segura, que fueron resultado de la instalación que hicimos del tema de las violencias en las ciudades, en los espacios públicos, el transporte, contra las mujeres.
Estos y otros programas y campañas fueron productos autónomos y directamente vinculados al programa regional que impulsé, escribí y conseguí financiamiento cuando era la directora regional de UNIFEM (ONU Mujeres). El mismo se coordinó desde CISCSA Ciudades Feministas con la Red Mujer y Hábitat de América Latina, en articulación virtuosa con gobiernos locales, organizaciones de mujeres en los barrios, feministas y universidades: Ciudades sin violencia para las mujeres, ciudades seguras para todas y todos.También destaco el proyecto Somos Territorios, que instalamos junto a los gobiernos de las ciudades de Río Cuarto, Villa María y Villa Nueva, las organizaciones sociales, los medios y la Universidad Nacional de Villa María, que avanzó en instrumentos urbanos de género; estamos ahora en la consolidación del Observatorio "Ciudades, Territorios y Género", y en red junto a los de las Universidades Nacionales de Villa María y Tucumán.
Otras respuestas son las políticas locales, como la instalación dentro de Gobiernos Locales Unidos del Mundo (CGLU) del municipalismo feminista, como un concepto democrático para avanzar hacia la igualdad en la incorporación de las intersecciones que evidencian más desigualdades en las diferencias de identidades sexuales, de razas, etnias, edades, discapacidades… Hay más ejemplos recientes, como las políticas de cuidados: el reconocimiento y la visibilización del cuidado comunitario, poner en valor el aporte invisibilizado y devaluado de las mujeres a la economía, al desarrollo, desde sus propios hogares, politizando lo cotidiano. En acciones muy concretas en los territorios, a partir de la planificación urbana, de la incorporación de género en los POT, y la materialidad de servicios integrales y equipamientos. Ejemplos increíbles, como las “manzanas del cuidado” de Bogotá, las “Utopías” de Iztapalapa o “Las casas de las 3 R” en CDMX.
—¿Qué aprendizajes te dejó el trabajo en redes latinoamericanas y con organismos internacionales para avanzar en derecho a la ciudad y ciudades cuidadoras? ¿Dónde están hoy los mayores cuellos de botella, desafíos y dificultades?
—AF: El aprendizaje ha sido potente, fortaleciendo redes, articulaciones, y entonces, aprendizajes, y acciones conjuntas. También experimentamos los cuellos de botella, los que, probablemente, estén en los grandes retrocesos, en la instalación de los discursos de odio que generan temores. Los grandes desafíos se relacionan al retiro y cercenamiento de las políticas de género, de las acciones del Estado, que debe ser el garante de los derechos, también del derecho a una vida sin violencias para las mujeres y la juventud, y al cuidado como derecho, a cuidar y ser cuidadas.

Hay una creciente derechización, instalación de entornos misóginos, de demonización de los feminismos. Sin embargo, y al mismo tiempo que crecen movimientos conservadores y de ultraderecha en el país, la región y el mundo —tiempos oscuros, tiempos de guerras que consumen recursos que deberían direccionarse al desarrollo—, a brechas entre la pobreza y la riqueza que se agrandan, riquezas que crecen y se concentran como nunca, las feministas siguen saliendo a la calle, instalando la defensa de sus derechos ganados. Igual no estamos exentas de retrocesos, como ha sucedido en otros momentos de la humanidad.
En simultáneo, es muy interesante significar los avances de las agendas de gobiernos y de las organizaciones de la sociedad en el conjunto de nociones innovadoras. Reconocer el tema del cuidado, es algo que nos dejó la pandemia de COVID-19, la que hizo evidente los cuidados, el tiempo y el espacio que significan el cuidar, la injusta división sexual organizada por la sociedad patriarcal, negando derechos a las mujeres, subalternizándolas, y asignando a su ‘naturaleza femenina’ el rol reproductivo y de cuidadoras, de alimentadoras; tareas que se omitidas, son devaluadas, no bien reconocidas ni aun cuando se tercerizan en trabajadoras del hogar —así llamadas— quienes también son mujeres; mientras que a los hombres, la asignación del mundo productivo, el mundo del reconocimiento económico y social.
Lo dicho está cambiando, lo hemos logrado en este siglo, en el cual la revolución de las mujeres quizás sea su rasgo principal (si no el genocidio de guerras injustas y de intereses económicos).
Sobre Ana Falú
Ana Falú es arquitecta y feminista argentina, directora de la ONG cordobesa CISCSA Ciudades Feministas. Fue investigadora del CONICET y es Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Córdoba. En la FAUD es Directora de la Maestría de Gestión y Desarrollo Habitacional. Desde los 80 impulsa iniciativas que instalaron en la agenda los derechos de las mujeres a la ciudad, la vivienda y el hábitat; es autora de referencia en ciudades seguras, cuidados y derecho a la ciudad. Es cofundadora de la Red Mujer y Hábitat de América Latina y el Caribe, de la Articulación Feminista Marcosur y del Centro de Intercambio y Servicios para el Cono Sur Argentina (CISCSA). Fue Directora Regional de ONU Mujeres (ex UNIFEM) para Región Andina (2002) y para Brasil y Cono Sur (2004). Recibió el Premio Trayectoria de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), autora de libros y artículos sobre la materia.
Sobre CISCSA Ciudades Feministas
Con sede en Córdoba y alcance regional, CISCSA Ciudades Feministas trabaja desde 1985 por ciudades más justas e igualitarias, articulando investigación, formación e incidencia en ejes como hábitat y vivienda, cuidados, participación política, violencias y espacio público. En 2025 celebra su 40° aniversario, promoviendo el abordaje de la intersección de géneros y territorios para dar cuenta de las condiciones situadas de las realidades en las cuales habitan mujeres y diversidades, enfocando temas emergentes y persistentes de la agenda feminista.
Leé la entrevista a Ana Falú publicada el 3 de diciembre de 2025 en el Diario La Voz del Interior (Córdoba, Argentina): Ana Falú: "El urbanismo feminista no es solo para las mujeres, es una herramienta para democratizar las ciudades"












