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#VivasNosQueremos


“Muchísimas menos” se titula la nota de la Garganta Poderosa que citamos a continuación:

Una menos.

Dos menos.

Tres menos.

Cuatro menos.

Cinco menos.

Seis menos.

Siete menos.

Ocho menos.

Nueve menos.

Cinco meses. Una provincia, la de Córdoba.

La única que no adhiere a la Ley de Emergencia de Género.

Ayer, una ola de clamor popular se apoderó de las frías calles cordobesas, en un grito de justicia por Lorna Salas, Yamila Garay, Marta Balmaceda, Lis Funes, Micaela Gutiérrez, Johana Altamirano, Leonela del Valle Cabrera, Carina Drigani y Celeste Montes.

“Olé, Olé, Olé Olé Olá: Ni una menos, Ni una más. Cantemos todas: ¡emergencia provincial!”. ¿De qué se trataba, este canto cantado por nueve mujeres, a través de las bocas de las miles de personas que se movilizaron ayer?

Nos lo explica Ruth Ahrensburg, presidenta y fundadora de la Asociación convoz – una vida sin violencia: “Hay que implementar la ley 26.485. Hacen falta refugios de mujeres en cada localidad, hace falta trabajo contra la violencia en los organismos públicos con personal entrenado, hace falta una Justicia que actúe prontamente y no cuando ya las mataron: desde nuestra organización, tenemos que acompañar a las mujeres a hacer las denuncias porque son desoídas.”. Y agrega Conrado, que también pertenece a la Asociación: “Hay 350 millones de pesos para hacer un hotel, y no hay 63 millones para hacer 7 refugios para mujeres. Ésa es la pauta de que hay inoperancia, o complicidad”.

En los últimos días, Córdoba ha sido sacudida por cuatro femicidios. En lo que va del año, por nueve. La violencia machista avanza y se expresa, cobrándose vidas que nos faltan a tod@s. Mientras, en las calles, agrupaciones feministas y ciudadanía en general, reclaman al Estado ausente y despiertan a la sociedad hipócrita.

Parece imposible no responsabilizar al Estado por estas muertes. Nuestra provincia es la única que no está adherida a la Ley Nacional 26.485 de protección integral a las mujeres en sus relaciones interpersonales; en cambio, se rige mediante la ley local de Violencia Familiar. Como podemos ver, la violencia hacia las mujeres posee múltiples dimensiones sociales, culturales; no podemos continuar considerándola en el marco de una violencia doméstica que invisibiliza la magnitud de esta problemática social y cultural.

Por la convicción que nos moviliza, y en vistas a la marcha del 3 de junio, hoy más que nunca, gritamos #NiUnaMenos.


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