Más de 200.000 personas nos encontramos en la ciudad de La Plata, territorio Querandí. Un encuentro de mujeres y diversidades para enfrentar juntas y dar vuelta el patriarcado y todos sus mandatos.
Federales, horizontales, plurales, autogestionados: ya son 34 años de encuentros. En 1986 se realizó el primero, gracias a la iniciativa de un grupo de mujeres que habían participado, un año antes, en la III Conferencia Mundial de Mujeres en Nairobi, Kenia. Ese puntapié de un pequeño grupo, hecho en un contexto de incipiente democracia, convocó en aquel primer intento a unas mil mujeres en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy, 34 años después, el Encuentro sigue y sigue creciendo, y el techo parece no existir. Este año La Plata volvió a ser sede, luego de serlo en 2001, cuando asistieron casi 15 mil compañeras de todo el país, enfrentando la dureza de la crisis económica y social que estallaría en diciembre de ese año.
Desde el sábado 12 hasta el lunes 14 fueron miles las que llegaron con la necesidad de encontrarse y escucharse, fuera y dentro de lo programado. La tormenta que cubría la ciudad en el arranque de la jornada del sábado no pudo contra ese impulso y las calles, plazas, centros culturales y escuelas se vieron desbordadas por este movimiento diverso de infinitos rostros. Así, además de los talleres planificados, hubo múltiples espacios para debatir y repensar este movimiento feminista, sus estrategias, las viejas y nuevas luchas que debemos enfrentar.
Exigir el gesto del abrazo
El sábado por la tarde, mientras en las aulas se desarrollaban los cientos de talleres paralelos y cancelado el Festival que había organizado, la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito propuso un pañuelazo masivo, en consonancia con la demanda más repetida de todo el encuentro.
Momentos después de reclamar bajo la lluvia por el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, se realizó la marcha contra los travesticidios y transfemicidios. Sin las travas no hay feminismo: “Lo explícito es político. Exigimos el gesto del abrazo, que nos nombren. Queremos y necesitamos que nos agreguen a sus agendas emocionales”, expresó Marlene Wayar en la conferencia de prensa de Somos Plurinacional, en la Comisión Provincial de la Memoria de La Plata, y sostuvo: “La comunidad trans y travesti está viviendo un genocidio”. Recuperando la lucha de compañeras como Diana Sacayán, Lohana Berkins y Maite Amaya, entre tantas otras, la marcha contra los Travesticidios y Transfemicidios se incorporó al programa oficial el año pasado en Trelew.
“Denunciamos al Estado el no cumplimiento de la Ley de Identidad de Género autopercibido, como también el acceso a la salud integral. Exigimos la implementación de la Ley de Cupo Laboral Trans ‘Diana Sacayán’, como así también la sanción de una Ley Nacional de Inclusión Laboral Trans”, señaló Claudia Vásquez Haro, migrante, docente de la Universidad Nacional de La Plata y presidenta de Otrans Argentina al cierre del Encuentro. Además, Claudia pidió la inmediata declaración de Emergencia Nacional por asesinatos de odio contra las identidades travestis y trans, y políticas públicas que erradiquen estas prácticas, así como la creación de un registro oficial de crímenes de odio, el cese de la persecución policial y la erradicación de los códigos de faltas y protocolos de detención que promueve el gobierno nacional a través del accionar represivo del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich. Claudia también hizo hincapié en garantizar el acceso a los derechos de las personas travestis y trans de pueblos originarios y migrantes; y una implementación de Educación Sexual Integral que dé cuenta de las identidades travestis y trans no solo en sus relaciones sexo-afectivas, sino en un marco de derechos basado en el respeto y la igualdad de trato.
Las compañeras de Lxs Safinxs estuvieron presentes en este Encuentro difundiendo la campaña “Descontroladas, autónomas y deseantes”, producto del estadio exploratorio sobre relaciones sexo afectivas lésbicas. Se puede ver su video aquí.
Por otra parte, desde los talleres por el reconocimiento del trabajo sexual se convocó a la Marcha de las Putas hacia la comisaría número 9, lugar al que la policía lleva a la mayoría de las trabajadoras sexuales al ser detenidas luego de requisas y brutales hostigamientos.
Por la noche, varios centros culturales fueron espacio de festivales y bailes, como el ya tradicional Festi-Torta, para cerrar la primera jornada celebrando.
Ni culpa, ni miedo, ni vergüenza
La mañana del domingo llegó con algo de sol y un cielo más despejado. Mientras los talleres continuaban la discusión que habían iniciado la tarde anterior, la plaza San Martín comenzó a poblarse de miles de compañeras que la tomaron como punto central de reunión, mates, picaditos, música y maquillaje. Los diferentes puestos por fin podían desplegarse en todo su esplendor y, en ese marco, cerca del mediodía comenzó la Asamblea del Abya Yala.
La asamblea es parte de los encuentros desde 2008, conformándose como un espacio para visibilizar y compartir las diversas luchas que estamos dando en cada territorio frente al avance de las políticas neoliberales, la derecha, los fundamentalismos y las distintas expresiones de la violencia patriarcal en la región.
“Que se caigan los muros de las casas, las cárceles y las calles, que las vergüenzas mueran antes de nacer, que el ruido de las voces de mujeres apague los horrores del grito cotidiano, que se caigan los muros de todas las cocinas donde haya sufrimiento, que se acabe el silencio, que se acabe. Hoy, compañeras, hoy nos hemos despertado revoltosas, sacudimos las sábanas y apoyamos los pies firmes sobre la tierra. El corazón, el corazón que parecía que iba a estallar, ¡acaba de hacerlo!”, dijo Silvia Morán, primera diputada lesbiana de Guatemala.
A lo largo de la tarde, distintas compañeras fueron haciendo sus aportes a esa Asamblea que se abría para recibir a toda la diversidad que habita este inabarcable territorio: feminismos antirracistas, indígenas, negros, comunitarios, territoriales para pensar los cuidados de la comunidad, la tierra y la vida; feminismos disidentes contra el lesbotransvesticidio y la heteronormatividad; feminismos populares, piqueteros, villeros, migrantes y de trabajadoras contra las políticas extractivistas y neoliberales. Cada una nos regaló una pregunta, una reflexión, un deseo. Se hacían silencios respetuosos para escuchar a quienes tomaban la palabra y estallaban los aplausos para celebrar la fuerza de esas luchas.
Lolita Chávez Ixcaquic, referente de la lucha feminista indígena guatemalteca, ya lo había dicho al encender el fuego sagrado en el medio del círculo que rodeaba a un altar de ofrendas, saludando al sol y a la luna, cuando nos llamó a “aprender cómo se teje en los territorios comunalidad, cómo se teje la red de la vida que trasciende fronteras, ese es nuestro feminismo, no nos quieran callar, no nos quieran ignorar. Aprendan de estos feminismos porque hemos existido milenariamente”.
La postal para la historia
Kilómetros y kilómetros; miles y miles de compañeras participaron en la que fue la marcha más larga, plural y diversa de la historia de los Encuentros. Celebración y grito, reclamo y fiesta feminista. Banderas, glitter, canciones, intervenciones. El sol aún estaba alto cuando distintas esquinas funcionaban como puntos de encuentro masivos para los movimientos.
Cerca de las 18hs se dio inicio a la marcha, y fueron confluyendo las concentraciones para construir ese mar inmenso que atravesó las calles de La Plata, con la potencia renovada en cada cuadra y en cada aplauso colectivo. Las fotos y los videos aéreos confirmarían después lo que allí sentíamos: era un momento histórico para el movimiento feminista.
En la mañana helada del lunes se llevó a cabo el cierre. El viento no daba tregua y muchas compañeras ya habían emprendido el regreso, pero otras muchas decidieron quedarse para ir al Estadio Único de La Plata. La Comisión Organizadora presentó a las provincias candidatas para la edición del próximo año y fue San Luis (una provincia pequeña del centro del país, que nunca antes fue sede del Encuentro) la elegida por el aplauso de la mayoría. Las compañeras de la próxima sede subieron al escenario y sostuvieron que el 35° Encuentro será “plurinacional y disidente”, recuperando así el deseo que miles habían expresado en los talleres, las marchas y las calles.
En 2020 nos espera San Luis, una nueva oportunidad para encontrarnos plurinacionales y diversas y para seguir profundizando las discusiones, las luchas y los abrazos.
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