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Mujeres que cuidan: un trabajo invisible en hogares, barrios y ciudades



"Me gustaría dedicarme un poco más a mí, poder tener un poco más de tiempo y hacer algo que a mí me guste realmente", dice una vecina de barrio Alberdi y sintetiza en una frase la pobreza de tiempo que tienen las mujeres para desarrollar sus deseos, intereses, participación y autonomía.


En 2020 nos acercamos a los barrios cordobeses Alberdi y Sol Naciente para conversar con las vecinas sobre trabajo de cuidados. A partir de estos intercambios y de las investigaciones que desde CISCSA Ciudades Feministas venimos realizando en torno a esta temática, elaboramos la cartilla Mujeres que cuidan: un trabajo invisibilizado en hogares, barrios y ciudades.


¿Qué es el cuidado? ¿Quiénes cuidan dentro de los hogares y en las comunidades? ¿Quiénes necesitan ser cuidadxs? El trabajo de cuidados es asumido en su gran mayoría por mujeres por la división sexual del trabajo que nos impone tareas como cocinar, lavar, limpiar, hacer las compras, acompañar el estudio de niñes, acompañar a lxs adultxs mayores al médico, atender a personas con movilidad reducida, entre muchas otras. ¿Quién esta detrás de estas actividades poniendo su cuerpo y su tiempo?



El cuidado es un trabajo y un derecho


El cuidado es un trabajo porque sostiene el funcionamiento de la sociedad en su conjunto, por eso decimos que forma parte del sector invisible que sostiene la economía: no es valorado, reconocido ni remunerado. La sobrecarga de cuidados limita a las mujeres en relación a su tiempo -no deja espacios para el estudio, la inserción en la economía formal, el deseo, la socialización y el ocio- limitando su participación y autonomía económica. Además de ser las principales cuidadoras dentro del hogar, las mujeres también son quienes sostienen los cuidados en sus barrios y comunidades, situación que se evidenció aún más durante la pandemia.


El cuidado es un derecho porque todas las personas necesitan ser cuidadas y el Estado debe asegurar que todas reciban y puedan proveer cuidados en condiciones de igualdad. En este sentido, nos preguntamos: ¿Cómo son los equipamientos y servicios públicos de nuestros barrios y ciudades? ¿En qué condiciones están? ¿Nos sentimos seguras al transitar la calle? ¿Cómo nos trasladamos? Las mujeres aún estamos ausentes en la planificación urbana y eso nos limita.


Esta cartilla es la punta de un hilo, un puntapié para seguir pensando los derechos que nos faltan y empoderarnos juntas. Les invitamos a leerla, descargarla y compartirla con otres.


Descargá la cartilla:


Esta iniciativa es parte del proyecto El Cuidado: instrumento de redistribución territorial para la autonomía de las mujeres implementado por CISCSA Ciudades Feministas y financiado por la Fundación Heinrich Böll. Este proyecto propuso un estudio exploratorio sobre servicios e infraestructuras urbanas de cuidado, en un sector de la ciudad de Córdoba, que permitiera conocer las respuestas de las políticas locales y proponer las necesarias mejoras en los servicios en el objetivo de fortalecer así las autonomías de las mujeres y los procesos de democratización de las tareas de cuidado.

Este proyecto involucró un enfoque estratégico y político, a la vez que buscó construir evidencias para aportar argumentos y recomendaciones que impulsen políticas que coloquen a los cuidados en el centro de la agenda. Además, en el marco de los desarrollos del urbanismo feminista y de derechos de las mujeres a las ciudades, buscó dar cuenta de las necesidades particulares de las mujeres y de la sobrecarga de cuidados que recae sobre ellas, especialmente sobre las que viven en situaciones de mayor vulnerabilidad.

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