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Cinco feministas latinoamericanas dialogaron acerca de la avanzada fundamentalista en nuestra región. Juntas tejemos reflexiones y estrategias.
El martes 14 de mayo se realizó en la Universidad Nacional de Córdoba el conversatorio “Resistencias feministas ante la avanzada fundamentalista en la región”, un espacio de encuentro y reflexión en torno a los fundamentalismos religiosos, políticos y económicos. Participaron cinco feministas latinoamericanas integrantes de la Articulación Feminista Marcosur: Cecilia Olea (Perú), Clyde Soto (Paraguay), Lilián Celiberti (Uruguay), Betânia Ávila (Brasil) y Ana Falú (Argentina).
Las exponentes realizaron un abordaje que nació desde la realidad concreta de sus países, para reconocer similitudes y complejidades, y terminó con una perspectiva regional que permitió entrever las nuevas formas que toman los fundamentalismos, el poder que ponen en tensión y las estrategias que las activistas feministas de organizaciones latinoamericanas trazamos para hacerles frente.
La primera en tomar la palabra fue Cecilia Olea, perteneciente al Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, quien puso en el centro de su análisis a la familia como una institución de concepción unívoca que, los fundamentalistas alegan, queremos destruir. Cecilia expresó: “Los fundamentalistas se presentan con una propuesta que no es solamente contra el enfoque de género. Cuando una escucha sus intervenciones y lee sus libros, sostienen unas tesis bastante creativas, aunque descabelladas, porque lo que ellos sostienen es que ante el fracaso del comunismo nos hemos unido los comunistas, la derecha liberal y el lobby LGTBIQ+ para destruir a la familia”.
Luego fue el turno de Clyde Soto, del Centro de Documentación y Estudios de Paraguay, quien avanzó en la identificación del blanco de los ataques fundamentalistas desde una perspectiva histórica. “Estos sectores se sienten profundamente amenazados por la idea de cuerpos libres y con derechos, por la idea de personas autónomas. Y las mujeres somos quienes hemos traído esa lucha de una manera muy potente en los últimos tiempos, sin olvidar jamás que una de las luchas más antiguas en este sentido ha sido la de los pueblos esclavizados que han venido a nuestra América y que la han configurado. Por eso insistimos en que los feminismos no pueden estar ajenos a eso y que tienen que ennegrecerse desde esa perspectiva, trayendo esa lucha importantísima”, sostuvo Clyde.
Lilián Celiberti, de Cotidiano Mujer, tomó la palabra a continuación y analizó las condiciones globales que favorecen el fortalecimiento de los fundamentalismos: “Hay un despojo de la idea global de hacia dónde vamos, hacia dónde va la sociedad, cuál es la sociedad a la cual aspiramos. Ese despojo hace, a mi opinión, el caldo de cultivo para el desarrollo de estas corrientes fundamentalistas que siempre han existido en la historia de la humanidad. Son ciclos que colocan esta pérdida de horizonte como un campo propicio para el desarrollo de ideas y conceptos que hacen a lo que se cuela en la desesperanza política”.
La intervención de Betânia Ávila, perteneciente a SOS Corpo, estuvo enfocada en trazar las relaciones simbióticas que existen entre fundamentalismo y mercantilización al adoctrinar los cuerpos de modo que sean dóciles y funcionales al sistema neoliberal. “[Brasil] Es un país donde el fundamentalismo avanza de una manera también violenta. El fundamentalismo y la tradición autoritaria de Brasil hacen una combinación fuerte con lo que ya estaba y con los procesos que se reestructuran. Pienso que la relación entre neoliberalismo y fundamentalismo religioso es muy estratégica porque fortalece el individualismo y la mercantilización de la fe. Crea la premisa del emprendedorismo como un don divino. El fundamentalismo resulta fundamental para el neoliberalismo, porque los procesos de mercantilización de la fe son fundamentales para ese sistema”, explicó Betânia.
Por último fue el turno de Ana Falú, directora de CISCSA, quien recuperó las ideas principales de sus compañeras y terminó su exposición con una reflexión sobre el contexto global y una apuesta a volver a ponderar la fuerza de lo colectivo como modo de frenar la avanzada fundamentalista. En un contexto que incentiva el individualismo, debemos recuperar la construcción colectiva. “El pensar lo individual por sobre la construcción colectiva es lo que está pasando en el mundo entero, no solo en América Latina. Cuando en Suecia se pone en jaque el estado neoliberal, esto es lo que está en juego. Cuando en Holanda gana la derecha fascista con un porcentaje inaudito e impensado para estas sociedades, esto es lo que está en juego. Cuando la sociedad brasilera, y lo digo con todos los cuidados, no ve que fue la gestión del gobierno de Lula y de Dilma la que logró sacar 40 millones de la pobreza y vota en contra porque cree que lo hizo por sí misma, porque las iglesias evangélicas les convencieron que fue por sus propias talentos y capacidades, pierden la noción de lo colectivo. Creo que ese es un punto muy importante incluso para el debate del feminismo, porque ninguna de nosotras llega sola: nosotras somos producto de lo colectivo”, reflexionó Ana.
Encuentro de Fortalecimiento de la AFM
Los tres días siguientes al conversatorio fueron de encuentro y reflexión para las integrantes de la Articulación Feminista Marcosur. Mujeres de los 11 países nucleados en la AFM participaron del Encuentro de Fortalecimiento en Córdoba, que tuvo el objetivo de reafirmar los lineamientos que guían a la Articulación y seguir generando redes entre nosotras.
El miércoles recuperamos los debates de la Asamblea de la AFM, llevada a cabo el año pasado en Brasil. Con base en ellos hicimos un análisis de contexto, para entender los avances, retrocesos y desafíos de los últimos dos años. El jueves nos centramos en las estrategias de la AFM, sus avances y desafíos; y el viernes construimos propuestas colectivas para abordarlos.
En el próximo mes publicaremos la relatoría del Encuentro, con más información sobre los temas discutidos y los acuerdos obtenidos.