Cuidados comunitarios y territorios: El valor de sostener las vidas
- CISCSA
- 25 jun
- 7 Min. de lectura
La urgencia del reconocimiento del trabajo de cuidados comunitarios resuena en las palabras de las trabajadoras: “Nos dicen que somos planeras, y sí, somos planeras porque hacemos miles de planes para sostener la vida en los barrios. Queremos ser reconocidas como trabajadoras, queremos derechos laborales”.
En ese sentido, CISCSA se enfoca en visibilizar el cuidado como trabajo, derecho y necesidad universal. Desde la perspectiva del urbanismo feminista y el derecho a la ciudad, CISCSA concibe los cuidados como un instrumento clave para la redistribución y la autonomía de mujeres y disidencias. Así, se apela a la intersección entre territorios y cuidados en clave de género para promover transformaciones en la planificación territorial y así contribuir a una mejor calidad de vida de las mujeres. Para lograrlo, implementamos proyectos interconectados que buscan producir conocimiento, desarrollar herramientas y proponer acciones concretas para integrar los cuidados en el centro de la planificación urbana, en agendas locales de políticas públicas.
De esta manera, las principales líneas de acción son:
Problematizar el concepto de cuidados, especialmente a través de las experiencias de cuidado comunitario realizadas por organizaciones de mujeres en los territorios.
Reconocer y visibilizar el impacto del trabajo de cuidados en la vida de las mujeres y disidencias, buscando entender la diversidad de tareas que lo componen, tanto desde la perspectiva de las trabajadoras cuidadoras como de las usuarias de estos servicios e infraestructuras.
Promover alternativas para redistribuir las responsabilidades de las tareas de cuidado comunitario.
Generar propuestas para incidir en políticas públicas de cuidados a nivel local y nacional.
CISCSA impulsa una mirada innovadora al destacar la intersección entre los cuidados, el territorio y las dimensiones de vulnerabilidad. Este cruce es esencial para exponer las injusticias territoriales que se suman a las que enfrentan las mujeres por roles patriarcales. En este sentido, como señala Ana Falú, “las infraestructuras urbanas del cuidado son vistas como instrumentos de redistribución y justicia social en los territorios, fundamental para vincular el diseño y la planificación urbana con las políticas públicas de cuidados”.
El Congreso de Género y Sociedad fue un espacio clave para visibilizar las luchas y propuestas del feminismo en América Latina. En esta ocasión, CISCSA presentó su ponencia “Cuidados y Territorios”, que aborda el reconocimiento económico y social de los trabajos de cuidados comunitarios, una problemática urgente para las mujeres y diversidades que sostienen estos espacios. Este estudio también fue presentado en marzo de 2025 en el Encuentro de Economía Feminista de Abya Yala, en la comisión “La potencia transformadora de los cuidados”.
¿Qué son los cuidados comunitarios?
Los cuidados comunitarios son prácticas colectivas y situadas que responden a necesidades de alimentación, salud, acompañamiento, contención, educación y afecto en contextos de alta vulnerabilidad. Se organizan desde comedores, merenderos, apoyos escolares, espacios de salud barrial, promotoras de género u otras iniciativas autogestionadas y en red.
Estudios realizados por CISCSA entre 2022 y 2024 en cinco barrios del territorio de Gran Alberdi, con 12 referentes barriales, de 15 espacios sociocomunitarios, arrojaron que:
El 94% de las trabajadoras de cuidados comunitarios son mujeres.
El 47% desarrolla estas tareas en sus propias viviendas.
El 96% de los espacios presenta deficiencias edilicias.
Más de la mitad de las trabajadoras no recibe ningún ingreso estatal o privado, y solo el 40% accedía al Potenciar Trabajo.
El tiempo de trabajo promedio es de 4.24 horas por jornada, tres veces por semana.
Respecto a esta última dimensión, la medición del tiempo pudo reconstruirse de manera colectiva, con metodologías participativas, debido a la dificultad de dimensionar el tiempo dedicado al trabajo de cuidados comunitarios por la pluriactividad y simultaneidad que representa. A su vez, este valor no es fiel a la carga mental, con el tiempo de estar alertas y dispuestas para las urgencias del barrio. Significa un primer avance en medición, relevante para incorporar en las encuestas de uso de tiempo nacionales (EUT). Las EUT han permitido visibilizar que el reparto desigual de los trabajos de cuidados no remunerados en los hogares, mientras que las mujeres dedican 6:31 horas diarias, los varones solo 3:40. Este relevamiento permitió estimar que, si este trabajo fuera remunerado, representaría aproximadamente el 16% del PBI, consolidándose como una de las actividades de mayor peso en el ingreso macroeconómico, superando incluso a la industria (13.2%) y el comercio (13%).
Contexto internacional: Reconocimiento de los cuidados
Las conferencias regionales de CEPAL (2022) y OIT (2023) subrayan que invertir en sistemas de cuidados es esencial para una economía inclusiva y sostenible. En primer lugar, la inversión en cuidados genera empleo —tanto en el sector formal de servicios de cuidado como en obras públicas conexas—, ampliando oportunidades laborales. En segundo lugar, dinamiza el consumo interno al aumentar el poder adquisitivo de los hogares que reciben transferencias o cobran salarios en este sector. En tercer término, fortalece el trabajo comunitario al reconocer y valorar las redes de contención que las organizaciones populares sostienen desde hace décadas. Este enfoque transformador aporta no solo beneficios sociales, sino también un retorno fiscal desde la mayor recaudación producto del crecimiento económico derivado del efecto multiplicador del consumo.
Reconocimiento económico: ¿Salario o feminización de la pobreza?
El Programa Nacional Potenciar Trabajo (PNPT), creado en marzo de 2020, buscaba redistribuir ingresos y reconocer trabajos de la economía popular. Sin embargo, para las trabajadoras de cuidados comunitarios presenta limitaciones estructurales. A abril de 2025, el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) ascendía a $302.600, sin que el PNPT se haya actualizado a ese ritmo, lo que redujo la cobertura efectiva a cerca del 26% (INDEC, 2025).
El Programa Potenciar Trabajo (PNPT) mantiene un valor congelado de $78.000, cifra que resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas de alimentación, cuidados y sustento vital.
Comparativa monetaria según datos del Indec (2023, 2025)
Concepto | Octubre 2023 | Abril 2025 | Cobertura PT octubre 2023 | Cobertura PT abril 2025 |
SMVM | $132.000 | $302.600 | 50% | 26% |
Canasta de crianza (2 hijes, promedio) | $343.925 | $926.181 | 19% | 8% |
Canasta básica total (por persona) | $111.746 | $359.244 | 59.1% | 22% |
Canasta Alimentaria | $51.975 | $162.554 | 127% | 48% |
Datos elaborados por Soledad González en base al INDEC 2023, 2025.
Impactos de la precarización
Desde finales de 2023, el congelamiento de los montos y la caída en el presupuesto profundizaron la crisis de los espacios comunitarios. A saber:
Caída de ingresos y endeudamiento personal. Muchas trabajadoras destinan parte de su salario social a insumos (gas, alimentos, utensilios).
Generación de changas y ferias. Para cubrir necesidades del comedor, organizan ventas de alimentos o rifas.
Uso de donaciones propias. Aportan recursos personales o gestionan ayuda de donantes particulares.
Sobrecarga de cuidados. La necesidad de "estar siempre disponibles" impide descanso, formación o participación política.
El cuidado en disputa: conflicto capital–vida
“El cuidado no es un acto de caridad; es un trabajo productivo que sostiene la vida y la economía”, enfatiza Silvia Federici (2018). El modelo económico vigente explota el tiempo femenino al no reconocer este trabajo en sus estadísticas ni en su reparto de recursos. Como se mencionó, el trabajo no remunerado doméstico y de cuidados en Argentina (principalmente realizado por mujeres) representa un 15.9% del Producto Bruto Interno (PBI). Este dato subraya la inmensa contribución económica que el trabajo de cuidados invisibilizado tiene para la economía nacional. Por ejemplo, Uruguay destina 1.2% del PBI a su Sistema Nacional de Cuidados. En Argentina, equivaldría a USD 6.000 millones anuales (similar al gasto en subsidios energéticos recortados en 2024).
Hacia una política feminista de cuidados: la Triple R
Desde CISCSA proponemos avanzar hacia políticas públicas con perspectiva de género y territorialidad, basadas en la estrategia de la Triple R (Fraser, 1997):
Redistribuir: compartir la responsabilidad del cuidado entre Estado, comunidades, empresas y hogares.
Revalorizar: reconocer el trabajo de cuidados comunitarios como empleo digno, con salarios y derechos.
Reformular: romper con la visión de los cuidados como función exclusivamente materna.
Propuestas urgentes desde los territorios
Reconocimiento económico y laboral para cuidadoras comunitarias: inclusión en convenios, con licencias y paritarias.
Salario social integral con obra social y aportes previsionales, más allá del monotributo social.
Presupuestos etiquetados para infraestructura y equipamiento de cuidados, que doten de recursos y liberen tiempo de cuidados.
Justicia fiscal y redistributiva para el financiamiento. Se requieren cambios progresivos en la estructura tributaria; por ejemplo, en Argentina, el IVA representa alrededor del 30% de la recaudación fiscal total. Al gravar el consumo, el IVA afecta proporcionalmente más a los sectores de menores ingresos, que destinan una mayor parte de su presupuesto a bienes básicos como alimentos.
Participación directa de las trabajadoras en la planificación de políticas y presupuestos públicos.
Formación y profesionalización feminista, con cursos y diplomaturas codiseñados por comunidades desde los saberes territoriales.
Cooperación internacional que respete la agenda de derechos humanos y género, poniendo valor en las vidas y no en el mercado.
Inversión Necesaria. El proyecto de Ley “Cuidar en Igualdad” (2022) contemplaba destinar un 0.11% del PBI a la creación de un Sistema Integral de Cuidados en Argentina, que incluiría la extensión de licencias (incluyendo a monotributistas) y la creación de centros de día para adultos mayores. Sin embargo, estudios desde ONU Mujeres indican que la inversión necesaria para un sistema de cuidados a nivel subnacional podría requerir un esfuerzo fiscal mayor, alcanzando hasta el 3,32% del PBG en escenarios ambiciosos, o un 1.5% del producto si el objetivo fuera solo la universalización de la sala de 4 años.
Lo común como horizonte político
Finalmente, como plantea Verónica Gago (2015), ante el ‘neoliberalismo desde abajo’, las mujeres responden con organización popular. En este contexto, y como señala Ana Falú (2023), “es necesario imaginar nuevos paradigmas de reproducción de la vida que no se basen en la explotación gratuita del trabajo femenino”. Desde CISCSA reafirmamos que lo común no es lo residual, sino lo esencial. Quienes lo sostienen merecen derechos, salarios y reconocimiento, y es imperativo que las políticas públicas reflejen este valor fundamental.
Referencias
Argentina.gob.ar. (2022). El costo de cuidar: las brechas de género en la economía argentina. Recuperado de https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2022/11/el_costo_de_cuidar_las_brechas_de_genero_en_la_economia_argentina.pdf
CEPAL (2022). Políticas de cuidado y equidad de género en América Latina.
CISCSA, González, S. (2022). Informe técnico de avance. Economía feminista y cuidados comunitarios.
Espacio de Trabajo Feminista y Economía (ETFE). (s.f.). Recuperado de https://www.etfe.ar/
Falú, A. (2023). Los cuidados en la intersección con el tiempo, el espacio y las condiciones de los territorios donde habitan las mujeres. https://participamostransformamos.org/los-cuidados-en-la-interseccion-con-el-tiempo-el-espacio-y-las-condiciones-de-los-territorios-donde-habitan-las-mujeres/
Federici, S. (2018). El patriarcado del salario. Tinta Limón.
Fraser, N. (1997). Justicia, género y el polen de redistribución.
Gago, V. (2015). La razón neoliberal. Economías barrocas y pragmática popular.
González, S. & Fernández, V. (2024). Cuidados y territorios. Reflexiones en torno a los trabajos de cuidados comunitarios en Córdoba, Argentina. En: https://www.ciscsa.org.ar/_files/ugd/15ddb6_80c40ec9f06c490db72968f80d8e2eaf.pdf
INDEC (2023-2025). Canasta básica total y de crianza.
INDEC (2025). Salario mínimo, vital y móvil.
OIT (2023). Reconocimiento del trabajo de cuidados y su impacto en la economía.
Tomatis, K. (2022).RE-Mapear El trabajo sociocomunitario en comedores y merenderos de Córdoba. FCS-UNC. https://sociales.unc.edu.ar/sites/default/files/remapear_informe_tecnico_1_final.pdf
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